Por Juan Tomás Valenzuela
Mientras los males sociales
castigan la población,
el que come tiburón
anda gastando a raudales.
Dependencias estatales
y toda su dirigencia,
van ejerciendo influencia
en su vasta empleomania,
pá una Gonzalomanía
que nos lleva a la demencia.
Si te gusta o no el proyecto
se tiene en segundo plano.
Hay que ir al mano a mano
o te botan por defecto.
Aún viendo que es incorrecto
obligar al dependiente,
Gonzalo y el presidente
“Invitan” bajo amenaza,
a todos dejar sus casa
e ir tras este exponente.
El comando de campaña
de este delfín alicorta
va repartiendo la torta
entre los de su calaña.
Aunque ya nadie se engaña
con esta absurda estrategia,
la práctica privilegia
tan solo a un precandidato,
despreciando al otro gato
de la manera más regia.
Nombrar a los funcionarios
en Comandos de Campaña,
es otra más de las mañas
de este ungido temerario.
El desfalco millonario
que se hace en la precampaña,
literalmente nos daña
la ya ajada economía,
pues vamos en romería,
como al fuego las castañas.
Mientras Danilo se gasta
los fondos en Trucutú,
la comida y la salud
gritan: ¡por favor… ya basta!
El precio de la canasta
hoy se encuentra por la nubes,
y mientras el ungido incube
esa especie de delfín,
a todos nos queda un fin
más fatal que el de Querube.
Juan de los Palotes
19 septiembre 2019